Historia del foro

Algunos dicen que Transilvania se asienta en uno de los más fuertes campos magnéticos de la tierra y que su gente tiene percepciones extra-sensoriales. El área era también hogar del Conde Drácula. ¿Y quién no ha escuchado hablar de él?

En algún lugar de Transilvania yace Drácula durmiendo en su ataúd y guardando a que caiga la noche. Como el contacto con los rayos solares le causaría la muerte con toda seguridad, permanece en la oscuridad de su caja forrada de raso que lleva sus iniciales inscritas en plata. Cuando llega el momento de la oscuridad, movido por instinto milagroso, el demonio emerge de la seguridad de su escondite y, asumiendo la forma de un murciélago, recorre los alrededores y bebe la sangre de sus víctimas. Por último, antes de que los rayos de su gran enemigo, el sol, anuncien el nuevo día, se apresura a regresar a la seguridad de su ataúd protector y se duerme mientras vuelve a comenzar el ciclo.

Eso es lo que cuenta la leyenda, y lo que se creía antiguamente; cuando aún se creía en vampiros. También se creía que Drácula era el primer vampiro, el creador de todos los demás, y que con la muerte de éste, todos desaparecerían con él. No fue así, al menos no del todo.

Cierto día, mientras el Conde dormía, el pueblo, cansado de los abundantes asesinatos cometidos por los vampiros que habitaban en el pueblo y los alrededores, decidió acabar con él. Tras largas investigaciones dieron con un monje que llevaba años estudiando a los vampiros; éste monje les dijo que la única forma de acabar con un vampiro era clavarle una estaca en el corazón y después quemar sus restos. Y ese fue el final del vampiro.

Y como cuentan las leyendas es cierto todos los vampiros murieron con él, ya que la criatura creada no podía existir sin el creador. Pero varios meses después de la muerte de Drácula nacieron dos de sus hijos. Los hermanos Ivanov, los dos últimos vampiros.